“KURO” DE LUGGONES
En terminología celtibérica un “kuro” es una asamblea o agrupación de personas que tienen una ocupación dispar, o que provienen de lugares diferentes. Los Luggones fueron los integrantes de una tribu astur, documentada su dispersión en lugares tan distantes entre sí como un amplísimo territorio del oriente de la provincia de Oviedo y una franja del sur de León.
Al sur de Asturica Augusta, ocupando los valles y riveras del Duerna, Jamuz, Eria, Orbigo hubo una tribu de “Luggones Meseteños”. Varias estelas mencionan la existencia de una Civitas Luggonum. Entre los Astures Trasmontanos, es la tribu de los “Luggones Cantábricos” la que ocupa un extenso territorio de la Asturias oriental. En Piloña (“Paelontium”) se halló una epigrafía con el texto: “Asturum et Luggonum”. En Grases (Villaviciosa) una estela votiva dedicada a dioses indígenas asocia Luggones y Arganticaenos. Esta coincidencia étnica en diferentes territorios, podría deberse a dos motivos. En época prerromana los “Luggones Meseteños” del páramo leonés tendrían en el pastoreo trashumante su primordial dedicación. Estacionalmente se desplazaban con sus ganados a las brañas de la cordillera cantábrica para aprovechar los pastos de montaña. Quizás un gran aumento de cabezas de ganado o periodos prolongados de sequía obligó a que parte de la población realizase una emigración para colonizar territorios poco habitados del oriente asturiano, convirtiéndose en ganaderos estantes o trasterminantes. Otra explicación tendría que ver con el sometimiento de las tribus astures al poder de Roma. Muchos de los “Luggones Cantábricos” serían desplazados hacia el sur de León, porque en tiempos de Augusto el sanguinario Agripa ordenó emigraciones masivas de las poblaciones más levantiscas hacia lugares estratégicos. Dijo Plinio: “auri sacra fame…” (maldita sed de oro…) lo que justificó que hacia las minas del noroeste y sus proximidades se desplazaran infinidad de personas para ser mano de obra de la industria minera. Un término Augustal hallado en Sta. Colomba de la Vega demuestra que, para reprimir posibles sublevaciones de los astures sometidos, los romanos fundaron Argenteola, como sede de un destacamento militar de la Cohors IV Gallorum. Por la amplísima expansión territorial de la tribu, y también porque el nombre de Luggones se corresponde con el epónimo de Lug, principal dios del panteón celta, es lógico pensar que eran los Luggones una de las tribus que más prestigio tenía de entre las 22 que describió Plinio. Mantendrían con orgullo tanto el nombre de su gentilidad, como las costumbres, tradiciones y culto a sus dioses nativos (Dulovio Tabalieno o Cosovio Tabalieno). En referencia al teónimo de Lug y al sincretismo religioso con los dioses Ares y Marte, actualmente en algunos pueblos del territorio leonés, sorprende el escuchar apellidos tan extraños como: Dios, de Dios, Ares o Martín. Por ser los Luggones un pueblo ganadero y guerrero, el lábaro del grupo es un textil de lana orlado con atributos ganaderos como el gancho pastoril, “carlancas” de perro y cencerros de manso. Una cuerna de “marón” ocupa la parte superior y espadas de antenas, símbolo de guerreros, orlan los laterales. El orden de dignidad en los componentes del Kuro será: Mayor, Rabadán, Sobrao y los zagales. La vivienda será el chozo o el bujío y también la caseta móvil.