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Superatti

La tribu de los Superatti o superatios (procedente de una migración de celtas galos) fue la tribu que pobló la franja suroeste del territorio astur, extendiéndose por el Valle de Vidriales y por el bajo Valle del Eria, llegando incluso hasta la subregión de la Baja Cabrera leonesa, distancia considerable para la época.
La tribu estaba constituida por al menos cuatro grandes clanes (gentilitas). De estos conocemos, el clan de los blanobriensis, el clan de los bolgensis y el clan de los lougios. Poco se conoce de la distribución exacta de la tribu, pero hay una extraña cita de superatti que les sitúa en territorio Lanciense, en el pueblo de Banuncias.
Quizás por este motivo y porque el castro de Lancia se convirtió en el refugio de los astures que se enfrentaron a las tres columnas legionarias de Publio Carisio, el canónigo Tirso de Avilés menciona: “…O nobiles, supervi Astures, quos romani vincere vix potuere, licet Gausone superato…” (“…o nobles Astures, y soberbios a quienes apenas pudieron vencer los romanos, aún después de vencido Gausón…”
Fueron los Superatti una tribu de Astures cismontanos que al igual que sus tribus vecinas (Zoelas, Luggones meseteños y Brigaecinos) de los que más tempranamente sufrieron la conquista romana.
Hay multitud de castros en territorio Superatti, siendo los más relevantes los de S. Pedro de la Viña (por la aparición de petroglifos) y el extenso castro de “Las Labradas”, frente al cual los romanos instalaron el campamento legionario de Petavonium, para albergar a la Legio X y posteriormente a la Cohorte de Caballería Ala II Flavia.
Las costumbres y usos de los superatti, no diferían demasiado de las costumbres y usos del resto de los astures. Eran sobre todo pastores y ganaderos. Apacentaban rebaños de cerdos y cabras. Si era necesario practicaban resueltamente el nomadeo, llevando sus ganados en verano a las proximidades del Teleno.
Al contrario de los astures del norte que habitaban casas circulares sus casas eran rectangulares o poligonales.
La base de su alimentación era la carne de  res y la caza, la cosecha de bellotas (muy abundantes en los bosques de aquella época), con las cuales, una vez molidas amasaban pan; escasos cultivos de cebada para la fabricación de cerveza; el cultivo de lino para sus vestidos y una lánguida agricultura de regadío en los valles que compartían con sus ganados. La agricultura era sostenida por las mujeres, mientras los hombres se dedicaban al pastoreo y a la guerra.
A la hora de buscar un símbolo que nos identifique como tribu, queremos utilizar la figura del cuervo, animal sagrado para los astures, ya que protegía al guerrero y si resultaba muerto en batalla, consumiría sus carnes acogiéndole en su seno. Por lo dicho, es el cuervo un animal asociado a la guerra en todo el mundo celta, por este motivo, para los romanos era un animal despreciado y maléfico, en especial para Octavio Augusto que lo consideró ave de malos augurios.

Escribe Suetonio que en noviembre del 43 a. C, concentradas en Bolonía las tropas de los Tiunviros (Marco Antonio, Lépido y Augusto). Un águila se posó en la tienda de Augusto y fue atacada por dos cuervos, a los que lanzó al suelo, presagiando según los arúspices, el enfrentamiento y desenlace victorioso de Augusto sobre los otros dos triunviros.

Por esto, Lucio Valerio (augur de Astúrica) elucubró como una bandada de cuervos destrozaron al águila que transportaba los atributos augustales al cielo, malogrando la divinización de Octavio Augusto.

Nuestro símbolo es la imagen de un águila y fasces, símbolos del Imperio, y la moneda acuñada por el legado Publio Carisio, todo ello en posición invertida.